Por favor, señorita

Establecimiento o sitio donde no se paga (almenos directamente).

- Señorita: necesito información sobre la Segunda Guerra Mundial... Quiero una novela policíaca con muchos cadáveres. Necesito el número 3.028 de aquella revista de artículos científicos. Necesito música para despertar y películas para enamorarme... O mejor, cámbielo todo por esa novela inglesa de ciencia ficción.


Sonrío. El cliente siempre tiene la razón aunque no pague. Cambiamos unos productos por otros. El objetivo es que el usuario quede satisfecho, se establezca un vínculo y la biblioteca termine siendo un sitio de encuentro cultural.

Establecimiento o sitio donde se paga directamente.

- Por favor, ¿me pone un bocadillo de jamón? O mejor, cámbielo por uno de queso.
La señorita en cuestión mira al cliente de mala gana porque ha tenido que hacer un cambio inesperado. Eso significa que una vez ha cogido el primer bocadillo con las pinzas y lo ha envuelto en un papel ha tenido que deshacerlo todo perdiendo unos valiosísimos segundos de su tiempo y volver a coger otro tipo de bocadillo, todo porque el cliente, amable en todo momento, ha actuado de forma indecisa.

Malas miradas, suspiros ruidosos, cobrar seriamente y no decir nada cuando el cliente dice "gracias, adiós" porque a la señorita le ha molestado tener que cambiar un producto por otro.


Llego a dos conclusiones. La primera es que las buenas maneras se pierden y son costosas: pasarte ocho horas siendo amable y atento cuesta más de lo que parece, pero por lo menos, si tus clientes van a pagarte deberías hacer un esfuerzo. La segunda es que por lo visto hay demasiada poca crisis en algunos establecimientos.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Empresa 2.0, el debate

Mi #primerEBE

El cielo de los leones